miércoles, 23 de enero de 2013
3.362
Hace unos días me encontraba yo ayudando al hijo de una amiga a preparar un comentario de texto en lengua castellana. El texto a comentar era 7000 de Rosa Montero, un excelente artículo de la periodista en la cual en tono de denuncia exige conocer a los 7000 dueños de perros que abandonaron a sus mascotas en Madrid en el año 2008.
Duro sin duda, sobre todo para aquellos que aún pensamos que lo humano no es ser ruin sino juicioso y responsable, estremecedor para los que somos amantes de los animales.
Hoy abro el periódico 20 Minutos de Valencia y me encuentro como titular que se han recogido en Valencia ciudad la friolera de 3362 animales entre perros y gatos y que han ido a parar a la perrera municipal. Algunos ya llegaron en malas condiciones y murieron. Otros con más suerte,o no, fueron atendidos y nutridos y allí se encuentran más de trescientos en un espacio para ochenta.
Desde la empresa gestora se llama a la conciencia ciudadana. Se necesitan voluntarios para atenderlos, limpiar, comida, casas de acogida...
Desde mi página del facebook no me corté estas navidades en recordar varias veces que los animales no son seres sin sentimientos. Están vivos, sienten y padecen y al igual que disfrutan, sufren. Insté a que no se regalaran perritos ni gatitos que luego no estuvieran dispuestos a cuidar cuando crecieran o a saber qué harían con ellos cuando quisieran irse de vacaciones. Y sobre todo, adoptar. ¿Para qué favorecer el negocio de las crías? Uno cuando quiere una mascota ¿quiere al animal en sí o quiere que lo vean pasear un perrito "mono" y de moda?
En esta sociedad donde la responsabilidad es cada vez más escasa, esto es una muestra más de la devaluación del ser humano.
El diario apuntaba que la crisis podría ser una de las causas. ¿No les parece que ya está bien de atribuirle a la crisis todo lo malo que pasa? El mantenimiento de un gato o un perro es mínimo, me niego a pensar que sea ese el motivo. Éste no es otro que la falta de conciencia, del creernos superiores al resto de las especies, los reyes del mambo. Me estorbas, te abandono.
Hace unos meses también se habló del abandono de caballos por parte de dueños que ahora ya no podían mantenerlos porque ya no les llegaba para presumir. No los condenaban los que se dedican a su cría o trabajan con ellos. No, la moda de tener un caballito para el niño o la niña y que dé clases de equitación, que quedaba muy bien.
Qué nos puede extrañar si en el 2011 saltó a los periódicos el abandono de ancianos en las urgencias de hospitales por parte de algunos familiares. Somos crueles entre nosotros, cómo no lo vamos a ser con otros seres más débiles.
Y si no como el ministro japonés de finanzas, Taro Aso, que les pide a los ancianos que no tarden en morirse para no cargar de costes al país. "¿Por qué tengo que pagar por las personas que sólo comen y beben y no hacen ningún esfuerzo'", matizó después, refieriéndose a que los mayores deben cuidarse para no enfermar y ser una carga, o bien que no sean partidarios de alargar la vida con tratamientos caros si el resultado va a ser la muerte.
¡Pues ale, abierta la veda! Vamos a ver si eliminamos a todos aquellos que nos estorban y que no son productivos. Se me ocurren muchos, pero muchos, muchos, y sobre todo de aquellos que producen más gastos que un anciano y sirven para menos que ellos.
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