Me encantan las series, es lo lo poco que veo en televisión. Hay veces que las veo cuando las emiten, aunque generalmente así se me hacen eternas. Lo habitual es que las grabe y las vea después, más a gusto, sin anuncios. Una serie que dura cuarenta y cinco minutos la hacen durar hora y media y eso ahuyenta a cualquiera.
Me acuerdo de aquellas famosas producciones de TVE, casi todas adaptadas de novelas, como las de Blasco Ibañez, Emilia Pardo Bazán, García Lorca o de carácter biográfico como Las vida de Santa Teresa de Jesús con la inefable Concha Velasco. Aunque era pre-adolescente me gustaron mucho y las he vuelto a ver años después ratificando mi opinión y su gran calidad.
Cuando empezaron a emitir las cadenas privadas éstas se peleaban por traer series norteamericanas de gran éxito allí. Fue así como nos metimos en ese mundillo de series que más que tener un principio y un final, nos contaban las distintas anécdotas que les pasaban a sus personajes, normalmente siempre los mismos y pasaban a formar parte de nuestras vidas. Ya lo había conseguida La 1 con La casa de la pradera y otras similares, pero el pelotazo sin duda lo trajo la serie Friends en Canal +.
Afortunadamente a alguna cabeza pensante le dio por crear una serie española, con personajes españoles a los que les pasaban cosas que pasan aquí. Quién no recuerda Farmacia de Guardia, Verano Azul, 7 vidas, Aquí no hay quien viva... todas ellas con ese humor tan español, irónico y con dobleces.
Seguimos teniendo series, algunas de ellas buenas, cuidadas, bien interpretadas y dirigidas, con buenos argumentos que nada tienen que envidiar a las buenas series inglesas ante las cuales me quito el sombrero.
Pero también es verdad que ya hace tiempo que se han ido introduciendo series basura de mera imitación a las de tipo americano pero versión spanish.
Me da rabia que tengamos siempre la tentación de imitar cuando no hay ninguna necesidad. Además imitamos mal, muy mal. Ya vemos series donde los personajes hacen literalmente el imbécil, cuyo contenido, diálogos, historia, no se sostienen y que parecen dirigidas a encefalogramas planos.
Otras que quieren ser producciones como las norteamericanas y con historias similares, he ahí el caso de El Barco.
Antena 3 ya ha anunciado que retira la serie en tres semanas. Ha ido perdiendo audiencia. ¿A alguien le extraña? Una serie que podría haber estado bien y aguantado cuatro o cinco temporada, para todos los públicos, la fueron convirtiendo en un querer y no poder ser Perdidos -ni de lejos- tornando a sus personajes principales en tontos del botes o del chicle, alargando los conflictos amorosos hasta que ya ni te importa lo que hagan. Pues sí, que se acabe.
Ya lo hizo la cadena con doctor Mateo, que podía haber sido la Crónicas de un pueblo de ahora. Daba mucho de sí, había mucho de donde tirar. Pero no, empezaron con los líos de ahora sí, ahora no, a liarse todos con todos y convirtieron un gran personaje, el de Mateo, en un imbécil. Acabada también precipitadamente ante la falta de interés del telespectador.
Tenemos buenos guionistas. Los espectadores no son tontos, les gustan las cosas buenas. ¿Por qué se cae en el chiste fácil y en payasada sin gracia? ¿Por qué no se crean buenas historias? ¿Por qué no dejamos de imitar?
Para no dejarlos con este mal sabor, les recomiendo algunas series que creo vale la pena que vean. Son norteamericanas y se pueden ver en los canales de pago, sino ya saben, compra o parche en el ojo: Breaking Bead, The Wire, Dexter o Homeland. Series inteligentes, bien hechas, con crítica social, moral, interesantes, que enganchan. No se las pierdan.
De las españolas no sé qué recomendarles porque no he visto ni Gran Reserva, ni Gran Hotel, ni Isabel... pero no se me antojan memorables. Tuvieron mucho éxito Hispania o Águila Roja, pero no puedo juzgarlas sin haberlas visto.
Cuéntame cómo pasó sigue teniendo audiencia, a mí personalmente ya me ha cansado.
Mientras, sigo esperando buenas historias bien llevadas, bien escritas, bien hechas. ¿Y ustedes?
Aprovecho este post con el que no puedo estar más de acuerdo para recomendar series (americanas) que no aparecen mentadas (todo no puede estar) y me parecen indispensables.
ResponderEliminarDejando aparte "Mujeres Desesperadas", una serie a la que le tengo especial cariño, porque crecí con ella, el verano pasado descubrí dos que me parecen no menos que literatura moderna, porque sí, hoy en día parte de la literatura se hace también en televisión ¿Por qué no? ¿Por qué va a decidir el medio lo que es y lo que no es calidad narrativa? Esas dos series son la imprescindible "MAD MEN" y, sobre todo, la obra maestra "A dos metros bajo tierra", una serie que, en principio, podría resultar lejana y demasiado rocambolesca (trata sobre una familia que regenta una funeraria) pero cuyos personajes son tan humanos y tan reales que uno no puede menos que sentirse identificado con todos ellos en algún aspecto.
Todas ellas bombones.
Muy buena tu aportación. Las tres son unas series magníficas. Precisamente en A dos metros bajo tierra pudimos ver al actor que hoy encarna a Dexter.
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