Ya sé, ya sé. Miles de ríos de tinta han corrido en referencia al tema de la televisión valenciana. Aquí hasta nos hemos sentido importantes de tanto salir en los medios.
Vaya por delante mi completa solidaridad y mi pena por aquellos que se han quedado sin trabajo, sobre todo el personal de limpieza, de mantenimiento, los técnicos, los porteros y demás que no salen delante de la cámara, pero que están ahí.
Lo de Canal 9 tiene miga. En general tienen miga todas las televisiones autonómicas y cómo no, la estatal. Lo que se ha venido a destapar ahora no es sino el secreto a voces que andaba por todas partes pero que nadie se atrevía a confirmar con una declaración formal, con una denuncia en toda regla.
Todas las televisiones autonómicas son ruinosas; la televisión nacional también lo es, aunque en menor medida, y ha sido un lastre para todos los gobiernos. Se supone que la televisión pública debe existir para garantizar la imparcialidad ante las preferencias e intereses de las televisiones privadas, para convertirse también en valuarte de una televisión de calidad con servicios para el ciudadano. Es lamentable que eso no sea así.
La manipulación informativa y las presiones a los que los periodistas que trabajan en estos medios son sometidos no es algo que se desconozca, y sin embargo, no sé qué pasa en este país que todo nos resbala. El conformismo o más que eso, la dejadez, nos invade. La frase de moda "es lo que hay" y en consecuencia no se debe actuar, para qué intentar buscar soluciones, esto no lo arregla nadie. Este es el clima que se respira en España.
De Canal 9 fueron despedidos hace tiempo una serie de profesionales que se atrevieron a plantar cara y por los que nadie de los que se quedaron movió un pelo. Es ahora, cuando una sentencia obliga a la Generalitat Valenciana a readmitir, se les echa abajo un ERE y el gobierno autonómico decide echar el cerrojo, cuando los periodistas deciden moverse, destaparlo todo, tirar de la manta, como nos gusta decir. Ahora salen indignados ante las cámaras, conceden entrevistas a sus compañeros y denuncian públicamente todos los atropellos, desmanes y hasta delitos que se han cometido dentro del ente.
Y yo me pregunto, ¿los han tenido que echar para que se sintieran responsables?¿Por qué ahora y no antes?¿Por qué no en su momento hicieron piña y fueron todos a una?
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/11/06/valencia/1383739577_336876.html
http://www.vertele.com/video-articulo/canal-9-pide-perdon-por-silenciar-el-accidente-del-metro-de-valencia/
Hemos de recordar que no solamente estaba en juego su puesto de trabajo y por lo tanto el sustento de sus familias, además, es que muchos, lamentablemente un alto porcentaje, debían ese puesto de trabajo al enchufismo.
¿Cómo si no llega a tener una televisión autonómica más trabajadores que tres cadenas nacionales juntas? ¿Qué hacía tanta gente allí metida?
Una vez en la calle, el agradecido se siente traicionado, y ya no le importa largar de más, decir lo que callaba.
Pero lo más de lo más es lo que pasó el sábado en esta ciudad, Valencia. Miles de ciudadanos se lanzaron a la calle a manifestarse en contra del cierre de Canal 9. Es es natural, claro. Ex trabajadores, familiares y amigos a denunciar el atropello. Bien. Personas que defienden la televisión autonómica porque creen que es necesaria como vehículo de expresión cultural, de lo nuestro, de lo que nos interesa. Bueno. Pero es que allí también estaban los que se han pasado años y años protestando por la mala calidad de la programación, por la manipulación informativa, por el bajo nivel del valenciano, por el excesivo gasto que causaba, por todos los que se metieron a dedo y sin oposición... Y yo me pregunto, ¿esos qué hacían ahí? ¿Acaso quieren que no se cierre para seguir protestando?
No me cuadraba verlos ahí, todos juntos. Y que conste, el cierre de esta televisión no me parece bien por las personas que deja en el paro, ni cómo se ha hecho, así, por cojones, como se suelen hacer las cosas cuando no se tienen argumentos. Y que ahora viene lo fácil, la vendo, aunque me den cuatro duros y me quito el problema de encima. Y a ser posible que la compre un buen amigo que ya sabemos de qué pie calza para que podamos estar tranquilos.
La televisión siempre ha sido un medio de propaganda política, de manipulación, ha dado poder, mucho poder. Por eso se pegan por conservarlas, con la mentira de que refleja "lo nuestro".
Cuatro programas mal hechos, muchas "variettes", concursillos cutres, telediarios sesgados, películas de vaqueros y fútbol, que no falte el deporte rey.
Lástima los buenos profesionales que allí han trabajado y nos han ofrecido buenos reportajes, como los de Punt2, porque no es que teníamos un canal, había cuatro si no me equivoco: Canal 9, Punt2 (de corte cultural), Canal 9 24h (todo noticias) y otro del que no recuerdo el nombre pero donde salían poner películas.
Y no olvidemos tampoco los millones que se gastaron en renovar el logo de todos los canales y el mobiliario.
Y mientras, el presidente Fabra diciendo-¡qué cara!- que tenía que elegir entre sostener Canal 9 o hacer hospitales y escuelas. ¡Será posible! Eso sí, al día siguiente destinó 25 millones para el aeropuerto de Castellón que tiene goteras.
¡País!
Creo que haces un análisis muy completo del problema de las televisiones autonómicas, Pilar.
ResponderEliminarTambién me parece que esta división por comunidades es un auténtico paraíso para el caciquismo. ¿Para qué queremos tantos gobiernos? Sólo beneficia a la clase dirigente de cada territorio, es un banquete para parásitos. Nada más.
¡Saludos!