jueves, 27 de diciembre de 2012
BALANCE DEL AÑO. Instrucciones.
Instrucciones.
- Coger un folio en blanco, sirve uno en sucio que se pueda aprovechar por detrás.
- Un bolígrafo azul, lo siento, no puede ser de otro color, luego explicaré porqué.
- Trazar una raya en medio del folio de manera que quede dividido en dos, mejor en horizontal que en vertical
- Poner como título de cada parte cosas positivas/cosas negativas.
- Empezar a escribir, al principio sin pensar demasiado, lo que nos venga al pensamiento; después nos esforzamos un poco más.
- Sumar lo positivo y sumar lo negativo.
- Restar entre sí ambos resultados.
Observaciones:
- Las personas negativas y depresivas suelen escribir más en la columna de lo negativo mientras que las optimistas y positivas al contrario. Eso no significa necesariamente que eso haya sido así, sino que la interpretación que hace cada uno de aquello que le pasa es totalmente subjetiva. Un posible remedio para que el resultado sea más cercano a la realidad es hacerlo con la ayuda de otra persona, al menos le dará otra perspectiva.
- Por positivo o negativo no solo cuentan los grandes acontecimientos, sino los pequeños detalles. Si tienen estos en cuenta se darán cuenta de las muchas cosas positivas que ha tenido este año para ustedes.
- El bolígrafo debe ser azul porque el negro inclina hacia el pesimismo, y el rojo hacia la fatalidad. Los colores tienen una gran influencia en el ánimo.
Con el resultado pueden hacer ustedes lo que quieran. Si es positivo sentirse satisfechos y felices; si es negativo pueden entregarse a la autocompasión o bien decidir qué está en sus manos para mejorar el resultado de cara al año que viene.
Les propongo un juego
.
Este necesita constancia y paciencia pues dura 365 días y se debe hacer diario. Es un ejercicio que he llevado a la práctica con mis alumnos alguna vez, aunque solo para dos semanas ya que tienen la paciencia y la constancia no suelen ser sus virtudes.
Se me ocurrió a raíz de la lectura de un cuento que Bucay recoge en sus Cuentos para pensar. Para mí sin duda el más bonito.
Necesitarán para ello una libreta que solo destinen a ello. Se trata de anotar únicamente los momentos bonitos que tienen durante el día y al lado los minutos que los han disfrutado. Un beso, una caricia, una sonrisa, una conversación, una imagen…
Cada mes harán la suma de esas horas, minutos y segundos. Se sorprenderán. Es maravilloso. Esos son los momentos realmente vividos, importantes, para recordar, por eso se apuntan los buenos y no los malos.
Es un ejercicio maravilloso apto para todos los públicos.
Háganlo si se atreven. Los depresivos especialmente. Y ya me dirán, espero.
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viernes, 14 de diciembre de 2012
MALDITA NAVIDAD
De nuevo llegan estas fechas. He de decir que para mí la Navidad no es una de mis celebraciones favoritas. Por circunstancias familiares las Navidades en general siempre han sido tristes. Éramos tres, con la familia lejos, con amigos que pasaban las fiestas con sus familias. Así que cenar los mismos tres de todos los días o comer el día veinticinco con cara de sueño y cansancio era un tanto patético. Los regalos no tenían sorpresa, una vez sabido lo que hay que saber cada uno se compraba en rebajas lo que quería o bien lo hacía yo dejando paquetitos bajo el árbol en un intento de retomar la fiesta.
Hubo unos años, cuando estuvimos en Barcelona, que las Navidades se parecieron a los anuncios de la tele, llenos de primos, de niños correteando, de abuelos contando batallitas. Fueron unos años felices.
Este año no va a ser muy diferente. Hace años que no somos tres, durante unos años fuimos ocho, pero mis tíos se marcharon a vivir lejos. Ahora somos siete porque nos juntamos con los abuelos.
La crisis se notará en mi casa y en la de muchos españoles. No se harán grandes comidas ni se podrán hacer estupendos regalos. El caso es que eso es lo que menos me preocupa, lo material. Tal vez, y solo tal vez, se recuperé algo del verdadero espíritu navideño gracias a la falta de fondos. Ojalá las cenas y las comidas se llenen de comidas de siempre, sin grandes aperitivos. Unas olivas, unos cacaos, unas papas...De primero una sopa de cocido, de segundo nada de entrecot ni de salmones. Y de postre los turrones, los de siempre, no los praliné. Sencillo pero bueno, gustoso. Y si es hecho entre todos, mejor.
Podríamos poner bajo el árbol la bufanda hecha por la abuela, los guantes de los chinos, un portarretratos hecho con amor y fantasía, un libro de bolsillo... Saber que los niños juegan más a gusto con la caja que con el contenido.
Tal vez nos atreviéramos a cantar unos villancicos con la pandereta olvidada en lugar de que suene la tele a todo volumen o la radio de moda con sintonías nada apropiadas para la ocasión.
Podríamos hablar, comunicarnos. Podríamos jugar en familia a las cartas. Podríamos...
Podríamos recuperar el espíritu de la Navidad. Que vinieran a casa esos vecinos que siempre la pasan solos. Que no estuviéramos jugando con el móvil o pendientes del whats app. Que hubiera sonrisas y ganas de sentir el calor del cariño.
Tal vez así la Navidad tuviera sentido. Una Navidad baratita pero auténtica.
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sábado, 8 de diciembre de 2012
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL WHATSAPP
Yo era la única que quedaba con una ladrillo por
teléfono en mi casa y el pobre dijo adiós. No es que me hiciera falta o ilusión
tener un smartphone pero las compañías te lo ofrecen casi a mejor precio que
uno normal, así que aproveché la oferta y me hice con uno.
A mí eso de los mensajitos no es que me guste mucho
y ya estaba harta de oír el sonido de la entrada de los recibidos por amigos y
familiares. “Ya verás cuando lo tengas, si es muy útil”.
No es que no confiara en su criterio pero me
resulta bastante molesto estar localizable a todas horas, en todas partes. ¡Qué
daño han hecho los móviles a la intimidad!
En fin, que aquí estoy con mi Smartphone, muy chulo,
que tiene internet tarifa plana con ahorro y con su whatsapp por
supuestísimamente.
Me actualicé
mis contactos, y hala, a empezar.
La verdad es que no “whatsapeo” mucho, apenas con un
par de amigas y eso sí, con mi marido y mis hijas. A eso si que le he
encontrado yo aplicación práctica. ¿Se acuerdan de aquel chiste gráfico donde
se veía a unos padres enviando un e-mail a su hijo que estaba en la habitación
para que fuera a cenar? Pues yo lo mismo. Se acabaron los gritos. Dígaselo por whatsapp.
Ya no se oye el ¡niña, baja a comer!, “niña ¿dónde
has puesto aquello?”, “Pepe, puedes subirme el bolso que me lo he dejado en el
coche ya que estás en el garaje”. Y a veces ni eso, basta con poner emoticonos.
El otro día sin ir más lejos mi marido me pregunta, María, ¿qué hay de comer? Y
yo le contesto:
Y oye, lo entendió de lo más bien.
Como vivo en una casa de dos plantas, a veces le
pregunto cómo está, o él me pregunta si quiero merendar… Un gusto. Ahora nos comunicamos más.
Eso sí, lo que más me ha venido de perlas es para cuando estoy en el váter. Siempre se les tenía que ocurrir algo a mis hijas o a mi
marido o sonar el teléfono fijo cuando estaba en el váter, además con urgencia,que no se podían esperar, así que no dudaban en
entrar o si había echado el cerrojo aporrear la puerta y gritar ¡mamá que no se
qué no se cuántos! Ahora no, eso se ha acabado. Les contesto por what's: dile a fulano que estoy ocupada, tu bufanda está encima del sillón, baja el fuego que se quema lo de la olla... Suena el what’s, y sin gritos, sin molestarme, sin abrirme la puerta. ¡Fíjate!
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martes, 4 de diciembre de 2012
50 SOMBRAS. RESEÑA.
Es
sin duda el libro del año, el de mayor venta, el de mayor éxito. Esta trilogía
subtitulada por los medios en un principio como “el libro erótico de las
mamás”, sorprendió a todo el mundo. Su escritora es una desconocida L. E.
James, ejecutiva de televisión y que un día se puso a escribir consiguiendo
saltar a las listas de los más vendidos y que aseguró haber escrito el primer
libro “Cincuenta sombras de Grey” en día
y medio.
En
su contraportada hay varias frases reseña de periódicos norteamericanos en las
que se nos dice que tiene revolucionadas a las mujeres neoyorquinas, que tras
su lectura se han sentido más sexys. Se leen en twitter también algunos
comentarios de mujeres que aseguran que su lectura ha mejorado su vida sexual.
¿Qué
ha convertido a esta trilogía en la más vendida y leída?
La
historia no es nada novedosa. Chica conoce a chico y éste cae rendido a sus
pies. Él, alto, fuerte, guapo, inmensamente rico y con tan solo 27 años. Ella
una inocente chica a punto de graduarse, guapa, divertida, culta pero
totalmente inexperta en el amor y en el sexo. El lado oscuro es al parecer su
punto fuerte: a él le va el sadomasoquismo y ella, con tal de no perderlo y
complacerlo, se deja hacer. Él la inicia; ella se deja iniciar
Pero
he aquí que el argumento hace agua por todas partes, no es creíble. Es muy poco
probable que una chica joven, 22 años, universitaria, que vive fuera de casa,
con una educación nada convencional ni moralmente rígida sea virgen. Ni
siquiera la han besado. Tampoco queda claro como el señor Grey, un chaval de
27, adoptado desde los cuatro años por una familia pudiente, pero según sus
propias palabras el malo de una familia buena, es a tan temprana edad dueño de
varias empresas que operan internacionalmente. Eso requiere una formación que a
su edad es difícil haber conseguido.
Tal
vez si ella fuera más joven, 16, 17 máximo y el más maduro, 35 por ejemplo, esa
inocencia de ella y esa experiencia de él pudieran ser.
El
sexo, el plato fuerte, es explícito sí, pero lo que en la primera novela se
describe como increíble es algo que cualquier mujer que ha mantenido relaciones
ha practicado, incluso me atrevo a decir que el sexo duro del primer volumen no
es tal excepto por los crueles azotes.
Es
un tipo de sexo al que la protagonista no accede exactamente por voluntad sino
por curiosidad y miedo, miedo al dolor, miedo a perder al hombre que quiere, su
primera relación.
Ese
hombre que además de querer ante todo sexo duro con ella la acosa, la sigue, la
vigila, le da órdenes y disfruta pegándole. Esa es la definición de maltratador
se quiera disfrazar como se quiera.
De
su calidad literaria no se puede hablar porque no la tiene. Utiliza un lenguaje
propio de adolescentes con sus frases típicas y sus conversaciones de bajo
nivel y no el que debiera corresponder a dos personas cultas y adultas.
Sin
duda James tuvo su día de suerte cuando alguien decidió que aquellas novelas
podrían ser un éxito editorial.
Lo
mejor de todo, como se puede vender un producto tan malo que mucha gente desee.
Conclusión:
apto sólo para lectores de serie rosa Z, sin aspiraciones ni imaginación.
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lunes, 3 de diciembre de 2012
ACTUALIDAD
Cada vez es más difícil
escribir artículos sobre actualidad y no es porque no haya temas a los que
dedicar unas palabras, no. Lo que ocurre es que hablar de crisis, desahucios,
manifestaciones, huelgas, mal gobierno, etc, es una tarea a los que muchos
blogueros y articulistas se dedican y seguro que mejor que yo.
Esta semana me había
propuesto escoger de entre todas las noticias escoger una y dedicarle mi
artículo. Pero no he sabido que acontecimiento elegir. Por ejemplo, de las visitas recibidas por el
rey en la clínica donde se recupera de su operación de cadera, ¿qué puedo
decir? nada que no me llene de furia. ¿Qué hace Urdangarín paseándose delante
de las cámaras visitando a un suegro que debería haberlo desterrado hace mucho
tiempo si no fuera porque él también ha pecado? Ante una monarquía que hace
aguas por todas partes, ante la que el pueblo se siente inclinado a darle el
pasaporte y ante la cual no se elevan pancartas de “Señor Borbón váyase” porque
estamos más ocupados en resolver otras cosas más urgentes.
Podría hablar del
recorte de las pensiones que Rajoy dijo que nunca haría pero que según él
mandan las circunstancias. pero qué decir más de un señor que no ha cumplido
sus promesas electorales y que se ha desdicho de todo lo que dijo que no haría.
Es más de lo mismo.
Podría hacerlo también
de las huelgas en sanidad, de los centros de investigación cerrados, de las
múltiples manifestaciones que se produce antes los ojos ciegos y los oídos
sordos de un gobierno que no se oculta de dar la espalda a su pueblo, cosa que
sólo puede producir el estupor y la impotencia de que digas lo que digas y
hagas lo que hagas es inútil. No importan las encuestas de popularidad como en
Estados Unidos, aquí es la ley del yo mando.
Podría hablar también
del famoso Banco malo que arranca su andadura, el banco a donde irán los
activos negativos de los bancos pero en el que ya varias aseguradoras entre
ellas Mapfre han decidido invertir. ¿Cómo? Que yo sepa los capitales privados
invierten en algo de lo que esperan sacar beneficios. Si sacan beneficios es
que los miles de pisos que van a ir a parar allí no se destinarán a viviendas
de bajo alquiler o con opción a compra.
No quiero pensar, no
quiero noticias. Todo me resulta igual de indignante, igual de triste. Todo me
parece un inmenso túnel sin salida, oscuro como la noche, y los que estamos ahí
dentro oímos mientras sufrimos las risas de los que están fuera.
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lunes, 19 de noviembre de 2012
MILIKI
Ha
muerto Miliki y con él uno de los iconos más importantes de mi
niñez. Sé que estos días se le harán muchos homenajes pero no por
ello voy a dejar de hacerle yo el mío.
He
de confesar que a mí no me gustan los payasos en general. Les cogí
miedo un día que íbamos mi padre y yo por la calle de paseo y
pasamos cerca de un circo. Nos acercamos con la intención de ver
cómo ensayaban. Tendría yo unos tres años. Uno o dos payasos
jóvenes vinieron a mi encuentro y no sé que imaginé pero me
parecieron terroríficos, con aquella sonrisa enorme y sus trajes de
rayas. Mi padre tuvo que cogerme en brazos y salir pitando.
Tampoco
me gustan los circos que trabajan con animales. La mirada de los
animales enjaulados en tan triste. Su vida se me antoja un pesar
eterno, una esclavitud infinita. Si acaso aún tolero algo a los
perros amaestrados o a los caballos. Pero no, prefiero un circo sin
animales.
Quizá
por ello, cuando empezaron los payasos de la tele y los vi apenas
maquillados, sólo con sus grandes narices y sus inmensas camisetas
rojas, que me enteré que era roja mucho después, no me dieron
miedo. Eran graciosos, contaban chistes que entendía, cantaban
canciones que nunca he olvidado y pasaban aventuras. Aquellos payasos
llenaban la tarde de mis sábados y me hacían feliz.
Cuando
murió Fofó, algo se rompió. Aquel payaso bajito con la voz ronca
tan entrañable. Parecía que la canción de la niña que barría la
cantaba para mí. Mi madre trabajaba y los niños cuyas madres
trabajaban ya sabíamos lo que nos tocaba sin que nos lo mandaran, a
barrer, a fregar... Pero su muerte me pilló aún pequeña y no fui
demasiado consciente de su significado, aunque lloré su pérdida.
Además el nuevo payaso, Milikito, aquel joven desgarbado con cara de
chiste y con su trompetilla al más estilo hermano Marx andaba
revoloteando por allí quitando penas.
Pero
Miliki estuvo ahí mucho años, incluso cuando ya no salían por la
tele, aún después de que muriera Gaby, el payaso sensato y renegón.
La
última vez que lo vi actuar fue en Valencia con El Circo del Arte.
Fui con mis hijas y con una amiga y sus hijos. ¡Qué ilusión!
Lloramos y todo y las hijas nos miraban como diciendo por qué lloran
en lugar de reír. Pero hacíamos las dos cosas. Nuestra infancia
presente. Éramos un montón de niños de treinta y tantos con
nuestros hijos y Miliki lo sabía. Fue cuando sacó el disco dedicado
a toda esa generación.
Mis
hijas también han cantado sus canciones y las de Rita Irasema, su
hija. Pero ya no ha sido lo mismo.
Ahora
el gran Miliki ha muerto, pero espero que vaya al cielo de los
payasos y satisfecho de haber hecho a miles de niños felices.
Va por ti.
sábado, 17 de noviembre de 2012
POR QUÉ NO HAGO HUELGA
Soy profesora de filosofía. Me presento así porque
así lo siento, a pesar de llevar apartada oficialmente de esta profesión desde
hace más de cuatro años por enfermedad. No he dejado de estar vinculada a ella;
de alguna manera siempre a través de las hijas, de hijos o hijas de las amigas,
de amigas de las hijas, etc, he seguido impartiendo o ayudando en esta
asignatura que tanto me apasiona.
Como profesora en activo creo recordar que la última
huelga que hice fue entre el 2000 y el 2003, o sea, como diez años. Y no es que
no haya habido motivos para hacerlas desde entonces. Más bien es porque desde
entonces racionalicé más las cosas y empecé a pensar a quién beneficiaba
realmente que yo no acudiera a mi puesto de trabajo en señal de protesta.
Tras pensarlo me di cuenta de que mi acto
beneficiaba principalmente a la Administración, es decir, yo acudo a clase, no
cobro ese día y es la Administración la que se ahorra ese sueldo y el de miles
de funcionarios. ¿La perjudico en algo, pues al fin y al cabo ese es mi propósito?
No, porque no le afecta demasiado que no dé clases por un día. Los alumnos ante
la palabra huelga directamente no acuden a las aulas. El instituto está casi
desierto. Las edades de los alumnos a los que imparto clases les permiten
quedarse en casa sin ser un problema para los padres.
Otros organismos que claramente se beneficia de mi día
de huelga son los Sindicatos. Sí, esos a los que no se les ve el pelo cuando
los necesitas, que lo primero que te piden es que te afilies; esos a los que
ves salir de reuniones con comida incluida con la Administración de la que
dependemos y despedirse con una sonrisa de oreja a oreja mientras que al día
siguiente nos dicen que no se puede hacer nada.
Éstas son dos de las principales razones por las que
no he vuelto a hacer huelga. No obstante no por ello he dejado de denunciar
injusticias ni de luchar de otras formas que me han parecido efectivas, como
publicaciones, cartas al director, mensajes por correo... He planteado en
reuniones otro tipo de actuaciones para hacer ver tanto al gobierno autonómico
como al central que nosotros somos necesarios, que somos piezas claves de la
sociedad y mi opción pasaba por negarnos a poner las notas finales y de esa
forma paralizar el sistema. Entonces se oñ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽erio?e ser perjudicial para los chavales. ¿Perjudicial?¿Lían
voces de muchos de los que me habían criticado por no hacer huelga llamándome
radical. No , no, que eso es meterse en un lío, que eso puede ser perjudicial
para los chavales. ¿Perjudicial?¿Lío? ¡Vaya! ¿No íbamos en serio?
¿Manifestaciones? Pues también hace muchos años que
no he ido a una. De hecho creo que he ido dos o tres veces en toda mi vida. Por
el fin de la violencia, contra la reforma educativa que suponía la LOGSE y no
recuerdo la tercera.
Así como las huelgas me parecen claramente
innecesarias y poco efectivas en la situación actual, creo que las
manifestaciones son un derecho. Sin embargo estamos presenciando en ellas un
clima de hostilidad de todos contra todos que acaba en una batalla campal.
Tenemos claros ejemplos de manifestaciones pacíficas que transcurren con total
normalidad, como debe ser; sin embargo, sobre todo en las grandes ciudades,
tenemos noticias de hechos tremendos. ¿Por qué? ocurren estas cosas?¿En qué
momento se van las cosas de madre? ¿A quién interesa que estos hechos se
produzcan?
Creo que es importante hacerse esas preguntas y
sobre todo tratar de responderlas.
Un punto sobre las manifestaciones que no me quiero
dejar es la presencia de niños. No, no creo que sea nada adecuado acudir con niños
a estos actos. No hace falta que vaya el niño en el carrito con el cartel de
"me estáis dejando sin futuro", ahí está su padre o su madre para
decirlo. Creo que se trata de asuntos de mayores y que aunque no debiera
producirse ningún altercado, no se puede garantizar. ¿Por qué arriesgar la
seguridad se nuestros hijos?
No quiero acabar sin dedicarles unas palabras a esos
grupos radicales que se encargan de sabotear cualquier acto legítimo y pacífico
con su quema de coches, rotura de escaparates, incendio de contenedores y demás
actos vandálicos. Esas criaturas que destrozan mobiliario urbano que todos
pagamos y mantenemos con nuestros impuestos, que le joroban la tienda a un
trabajador o lo dejan sin coche. A todos ellos, bola de descerebrados, decirles
que ellos ya son sistema, viven en él y de él les guste o no. Voy contra el
gobierno pero le pido ayudas; voy contra sus normas pero apelo a ellas si
resulto perjudicado... Con vuestras actuaciones desprestigiáis y mancháis el
derecho de las personas a expresarse, a manifestarse y solo conseguís que
aumente la tensión y la represión, y que aquellos de quienes os quejáis
justifiquen actuaciones injustificables. Muy mal, muy mal. ¡País!
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