Allá voy otra vez con el tema, pero es que escucho
tantas sandeces a lo largo del día que no puedo sino rebelarme.
La última, se quiere legislar el uso del móvil, o
más bien, el uso de internet en el móvil para menores con tal de evitar que entren en
páginas no adecuadas o lo usen para pasar fotografías o vídeos de personas
victimas de malas bromas, desnudas, borrachas o lo que sea que no tiene porque
difundirse por la red.
Vamos a ver señor fiscal, ¿qué me está diciendo?
Estamos llegando a la legislación de la educación,
es decir, como los padres son incapaces de llevar a cabo el control de sus
vástagos, creemos normas, leyes que controlen a los niños y adolescentes y si
se las saltan supongo que los papás pagan y si nos tocan el bolsillo igual tomamos cartas en el asunto. ¡Qué triste!
Me remito a mi artículo “Nene bebe, papá paga”. Es
cierto que en cuanto le tocan el bolsillo a la gente o cuando la amonestación
va contra el padre/madre y no contra el hijo parece que nos acordamos de
nuestras responsabilidades. Pero no podemos dejar en manos de los legisladores
el control parental.
Es necesario que los padres nos impliquemos en la
educación de nuestros hijos, sepamos enseñarles lo que está bien y mal no sólo
con la boca sino con nuestras propias acciones y controlemos determinados
hábitos.
Vamos a ver, ¿qué hace un niño de 7 años (por poner una cifra) con un
móvil? Se los dejan para que jueguen y ellos, que parecen haber nacido ya con
el chip de expertos en nuevas tecnologías, en un plis-plas ya saben
conectarse, mirar el Facebook, el correo y navegar por la red.
Que hacen la primera comunión, antes te regalaban
tu primer reloj, ahora tu segundo móvil. Somos los adultos los que metemos a
nuestros hijos en ese mundo cuando aún no están preparados para ello. Porque el niño/a debe saber discernir, debe saber utilizar lo que tiene entre las manos.
Igual que a ese mismo niño no le damos un cuchillo
o unas tijeras afiladas para jugar, no le demos el móvil, démosle un juguete,
porque el móvil no es un juguete.
Así que no nos rasguemos las vestiduras cuando a
los doce o trece años se meten en páginas porno –antes iban al quiosco y se
compraban revistas a escondidas y con la complicidad del quiosquero- para
curiosear y ver; que nadie se asuste si se hacen los unos a los otros fotos en
ropa interior o sin ella y luego la imagen rula por todas partes; ni tampoco si
se graban peleas o borracheras y luego las pasamos para reírnos un rato y de
paso que se entere todo el mundo.
Todo eso está mal, muy mal, pero, ¿qué padres les
han enseñado que el móvil no se utiliza para eso?¿cuántos han tenido un diálogo
abierto con sus hijos sobre el uso inadecuado del móvil?¿cuántos restringen su
uso hasta determinada edad? ¿les quitan el móvil cuando tienen que estudiar o de
noche cuando se van a dormir?
Todas estas cosas forman parte de la educación y
ésta pertenece a los padres, a la familia. De lo que hagamos nosotros se
nutrirán ellos. De lo que vivan en su entorno surgirán las acciones a imitar y nosotros, como padres, cortaremos las malas actitudes con racionalidad y
después si es necesario con la retirada del móvil.
Parece que nos da miedo educar. Que el niño llore
o patalee y nos monte un escándalo. ¡Toma y calla! No, no. Así no se educa.
No hay padres perfectos ni maravillosos, pero nos
debe guiar el sentido común, no el agotamiento, la dejadez o una actitud
infantil de “todos” lo permiten, “todos” lo hacen…
Los adultos somos nosotros. Nosotros dirigimos sus
vidas hasta que tengan edad suficiente para
hacerlo por sí mismos. De lo que hagamos nosotros dependerá gran parte
el adulto resultante.
Ser padres no es fácil, por eso, si no creemos que
vamos a ser capaces de serlo, de educarlos bien, de procurarles una formación y
un futuro, de sacrificarnos, de decir que no igual que decimos sí… No traigamos
hijos al mundo.
*foto de Levante.es
*foto de pequelia.es
Estupendo artículo, Pilar. Y comparto tu enfado; yo también estoy muy harto de tanta estupidez, y cada vez lo llevo peor. Cada vez soporto menos que los políticos que sufrimos pretendan solucionar problemas escribiendo sandeces (como muy bien dices) en el BOE, como si por arte de magia, así resolviesen algo.
ResponderEliminarEl móvil puede generar adiciones muy fuertes que derivarán en muchos graves problemas futuros. ¿Te imaginas a los niños de ahora -nativos digitales, todos con móvil- prescindir de ellos cuando empiecen a conducir? Yo no.
Está prohibido utilizar el móvil (salvo con "manos libres" y conducir, cualquier vehículo, incluso una bici. Me parece razonable, pero hace pocos días la DGT presentaba una aplicación para conductores, ¿en qué quedamos? El Gobierno Vasco, hace poco hizo algo similar; y ya hace unos años ofrecía información en "tiempo real" a los conductores a través de SMS. No he utilizado ninguna, pero conozco las aplicaciones citadas, son una verdadera tontería. Pero si antes a muchos les deslumbraba el brillo del oro, ahora les deslumbran "las nuevas tecnologías".
Hace unos días, desgraciadamente, perdieron la vida 9 personas en el accidente de Ávila, rápidamente, la DGT, anunció que se pondrían a estudiar límites de velocidad más bajos para los autobuses. Si el chófer se duerme, a 1 km/h se puede caer por un barranco en 2'' y causar una catástrofe, por Dios. Me indigna, es un insulto.
En fin, Pilar. Felicitaciones por tu artículo. ¡Saludos!
Gracias Esteban, eres un gran comentarista y haces buenas reflexiones. Me encanta leerte.
EliminarUna vez más te felicito por tu artículo, Pilar. Como siempre, una invitación a la reflexión. ¡Cuánta razon tienes! Un beso.
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