martes, 14 de agosto de 2012

¡FUEGO!


Heráclito de Éfeso fue uno de los llamados filósofos presocráticos. Vivió a caballo entre los siglos VI y V a.C. Como prácticamente todos los filósofos griegos, procedía de familia aristocrática. Suelo decir a mis alumnos que aquellos que no tenían que trabajar para vivir podían dedicarse al noble acto de pensar –nada que ver con los jóvenes ricos actuales-.
Aunque estaba destinado a gobernar por pertenecer a una familia dedicada a la política, Heráclito decidió aislarse del mundo y dedicar su vida al estudio y la meditación. Dicen que era antipático y de carácter huraño y escribía de manera tan enrevesada, algunos autores ven en ello un afán de que sólo los eruditos fueran capaces de descifrar sus teorías, que se ganó el sobrenombre de Heráclito “el oscuro”.
Simplificando su teoría al máximo se puede decir que este autor considera que la realidad vive en un constante devenir o cambio, el cual está provocado por la oposición de contrarios –muchos pensadores y civilizaciones de la época así lo pensaban y no es ridículo decir que esto tiene una base física comprobable-. Por encima de todo ello, había un Logos o Razón que regulaba todo para que el universo pudiera estar en armonía unificando los elementos opuestos.
Llegado a este punto, diré que Heráclito consideraba que este cambio se materializaba en la naturaleza en forma de fuego y en la sociedad en forma de guerra. Y es aquí donde quería llegar.
El fuego todo lo destruye, arrasa todo cuanto encuentra a su paso. Así podemos comprobarlo lamentablemente en los incendios que nos asolan este año en España. Miles de hectáreas arrasadas, gente desplazada, brigadistas, militares, bomberos… arriesgando sus vidas o perdiéndola como ha sucedido. ¿Qué pasa tras el fuego? O ¿qué debería pasar?
Con respecto a lo que pasa algún lector valenciano podría decir que el Consejo ha decidido cambiar la ley de protección de suelos quemados para poder hacer un vertedero en un lugar antes protegido. Qun. ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽rra sin duda regenera porque tras ella hay que empezar de nuevo, sobre todo lo que ha destruido, sobre el dolor del coé oportuno, o no hay mal que por bien no venga, como diría mi abuela.
Lo que debería pasar es la reforestación inmediata, la recuperación y la protección. Deberían corregirse los errores sobre las limpieza de los bosques, el mantenimiento y la construcción de cortafuegos. Aprender y construir. En efecto, todo “renace” de sus cenizas, creo que diría Heráclito.
Con respecto al cambio social, es evidente que las guerras producen desastres incuantificables a pesar de los esfuerzos de la ciencia estadística. La pérdida de vidas humanas tan inútilmente, arrasar campos de cultivos, poblaciones, bosques y naturaleza en general, contaminar su aire y manchar de sangre sus ríos. La guerra sin duda regenera porque tras ella hay que empezar de nuevo sobre todo lo que ha destruido, sobre el dolor del corazón.
Está comprobado que tras una guerra el número de embarazos aumenta considerablemente. ¿Será un instinto?¿Después de tanto horror la gente sigue teniendo ganas de traer hijos al mundo? Pues sí.
Lo que está claro también es que tras la guerra no se supera el dolor ni el rencor, ni siquiera el problema que la provocó. Simplemente un bando demuestra ser más fuerte que otro y el vencido, humillado, calla y acata, pero sigue odiando.
¿Vivimos ahora tiempos de guerra tal y como vaticinan nuestros ancianos? En mi humilde opinión sí. Hay miles de guerras abiertas en este momento en el mundo y que no importan a nadie más que a quién las sufre y a los países del primer mundo que las sostienen.
Y aquí, en el “primer mundo” libramos una guerra económica, porque no hace falta salir fusil en mano para llamarla así. Una oscura capa oscurece nuestra existencia diaria; personas que se sienten desamparadas, personas que pierden todo, desesperación, negación, impotencia… Se trata de una guerra “limpia” pero cuyas armas son tremendas y atacan como siempre al más débil. ¿Quién ganará esta guerra?¿Qué se reconstruirá tras ella ¿Qué supervivientes lo harán?

MI RECONOCIMIENTO A TODAS LAS VÍCTIMAS DE LOS INCENDIOS Y A AQUELLOS QUE TRABAJAN PARA APAGARLOS. TAMBIÉN PARA TODOS LOS DESAMPARADOS POR LAS GUERRAS.

3 comentarios:

  1. Algunos la denominan la III guerra mundial, en cualquier caso, hacia qué evoluciona el hombre?
    Aranya

    ResponderEliminar
  2. Espero que salgamos más fuertes de esta sucia guerra económica, porque sino pobres de nosotros.

    ResponderEliminar