domingo, 5 de agosto de 2012

PROMETHEUS




Apenas se acaba de estrenar en España y ya han corrido ríos de tinta sobre esta película. Viniendo de la mano de Ridley Scott y vendida como la precuela de Alien, del mismo creador, Prometheus era la película más esperada del verano. Sin embargo, ha decepcionado a la mayoría de los espectadores.

Los que nos subimos al carro del director en 1979 con “Alien, el octavo pasajero” y lo seguimos en Blade Runner, otra película de ciencia ficción de culto, no hemos podido evitar las comparaciones.
En el 79’ estaban de moda las películas intergalácticas, dos años antes se había estrenado La guerra de las galaxias y de la misma época “2001 Odisea del espacio” o “Dune”, y niños y jóvenes acudíamos a los cines esperando ver lo último en tecnología e imaginación. No salíamos defraudados de aquellas películas que los actuales jóvenes ya consideran antiguas, faltas de acciaburridas. as. eran antiguas, faltas de acciraciones.
, Prometheus era la pelón y aburridas. No me extraña, porque aquellas películas, aparte de intentar ser un derroche de efectos especiales, sobre todo las de George Luckas, intentaban hacerte pensar, transmitir algo, tenían mensaje.
Eso es lo que se echa en falta en las películas actuales, sobre todo de ciencia ficción y Prometheus no se ha librado de ello.
La película empieza cuando una pareja de arqueólogos descubre la similitud entre pinturas rupestres en cuevas de diferentes continentes y en las que se repite la figura de un supuesto extraterrestre, hombre alto y delgado y nada parecido a la representación que de sí mismo hacían los hombres primitivos, el extraterrestre, digo, apunta con un dedo al cielo señalando cinco esferas.  Los científicos, llevados por el entusiasmo de creer que aquellos seres pueden desvelar la respuesta a la pregunta “¿de dónde venimos?” consiguen convencer a un archimillonario anciano para que construya una nave capaz de llegar hasta las esferas. Y hasta ahí cuento.

Tras ello se siguen escenas mil veces vistas sobre la hibernación y deshibernación, un androide que cuida de los humanos, para mí el mejor de todos pero que no deja de parecerme un guiño a 2001 Odisea del espacio; una Charlize Theron que aún no se había bajado de su personaje de mala de Blancanieves; una tripulación valiente y sacrificada al estilo Armageddon, una Noomi  Rapace cuyo personaje me recuerda al de Jodie Foster en Contact –científica creyente que busca respuestas más allá de Dios aunque se siente culpable por ello-, y otros dos científicos sacados de cualquier serie Disney, payasos, irreverentes y para nada representantes de su profesión.
Decepcionante sin duda, se encarga de que el espectador no se pregunte nada, pues a todo pretende dar respuesta casi sin dar tiempo a plantearse la posibilidad de pensar en ello.

Lo mejor, las imágenes, espectaculares, preciosas, de una gran calidad. Pero nada más, no le hace ni sombra a Alien, lo cual no era deseable pero sí el que estuviera a su altura. Deja claro también que hay, al menos,  segunda parte.
Señor Scott, ¿dónde está ese gran director que ha sido?¿dónde se han metido los guionistas buenos en Hollywood?
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Por cierto para los que se han quedado con ganas de pensar:
La película intenta mostrar las cuestiones que todo humano se hace como de dónde venimos o en afán por la inmortalidad. ¿Qué más preguntas nos hacemos los humanos?
El viejo empresario presenta al androide David como "lo más parecido a un hijo" y dice de él que no tiene alma. Si el alma es la capacidad para pensar, tomar decisiones, etc, está claro que a David no le falta. ¿Qué hechos lo demuestran?
Si el androide piensa, ¿puede también sentir? Recordemos sus gustos por el cine o la satisfacción que demuestra ante el embarazo de la doctora. ¿Es eso sentimiento?
¿Puede el fuego más que una bala?

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