sábado, 13 de julio de 2013

Adiós Pi

He tenido en mi mano a mi canario. El pobre agonizaba.

Otras veces lo tuve cuando estuvo malito y parecía que sentía consuelo al calor de la mano porque dejaba de temblar y se dormía. Pero esta vez mis manos no han podido hacer nada por él, ni las gotitas de vitamina B, ni nada.
Parece haber sido una embolia porque se le quedó medio cuerpo paralizado. Durante días ha luchado y yo con él con la esperanza de que lo superara como otras veces. Lo peor, verlo sufrir y no ser capaz de acabar con su sufrimiento. No podía. Supongo que ha sido más cruel dejar que muriera por sí mismo, no lo sé. 
Los humanos ya no sabemos nada de estas cosas porque nos empeñamos en mantener a las personas enfermas con vida aún sabiendo que el final es el mismo.
Yo no quiero, no quiero que me alarguen la vida de forma artificial; que esperen x años a que me despierte de un coma. Y sí, ya sé que hay gente que vuelve, gente que mejora, gente que prefiere vivir como sea a morirse, por principios religiosos, por deseo propio, por mero espíritu de supervivencia. Yo no.
Mi canario llegó a mí sin buscarlo. Una criador desmontaba sus jaulas y me regaló el mío. Antes también tuve el de mi madre y el de una amiga. Los tres han muerto ya.
Me gustan mucho los animales. A mi casa llegó, cuando tenía más o menos unos doce años, un periquito azul, Tito.
Lo enseñé a hablar, volaba por la casa y luego se iba a su casita siempre abierta en la cocina. Salía a saludarme cuando volvía del colegio diciendo mi nombre y dormía en la cabecera de mi cama cuando estaba enferma. Fue la mejor compañía para una niña que pasaba muchas horas sola. 
Vivió muchos años pero, una noche, cuando volaba a su jaula para retirarse, se dio contra una puerta y se quedó. ¡Cómo lloré la muerte de mi amigo!
Mi canario, Rochet, o Pi para la familia, también me ha hecho llorar, casi tanto como alegría me daban sus trinos, la forma absurda de comunicarnos en un querer creer que nos entendíamos.
Mi canario no ha volado libre por la casa por dos motivos. Uno, que nunca quiso salir por sí mismo de la jaula; otra porque tengo perro. Aún así cerraba la puerta de la estancia y le dejaba la jaula abierta para que si quería saliera a volar, pero no, era un pájaro enjaulado y sus alas no estaban fuertes.
Las muertes de mis pequeños amigos me llevan siempre a la conclusión de que no deberíamos tener animales para estar enjaulados. Los pájaros deben ser libres; debemos escuchar sus trinos en el campo o entre los árboles de las ciudades. ¡Cómo me he acordado del cuento del pájaro y el emperador!
La libertad es el mejor regalo para cualquier ser vivo. Y sí, si no compramos dejarán de vender, de comerciar con sus crías, pájaros, cobayas, iguanas, perros y gatos…
¡Somos tan irresponsables!
Pi por fin descansa en un rincón de mi pequeño jardín. Sobre él la tierra fresca y unas cuantas semillas de flores que le recuerden siempre. Mi pequeño canario estará en el cielo de lo pájaros.


*La foto no es mía, la he tomado prestada de una página que se llama fotosdeanimales.com  

6 comentarios:

  1. Lo siento, Pilar. Lo siento de verdad, conozco ese dolor.
    Y tus reflexiones son muy acertadas. Cuando dices "en un querer creer que nos entendíamos"... ¿Quién sabe? Yo juraría que ha habido ocasiones en las que sí me entendí con más de un animal. De todas formas, sobre las cosas más importantes de la vida, realmente, seguimos sin saber nada.
    Un abrazo.

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  2. No te lo demostré como es debido el día que ocurrió, y lo siento.... Siento haber sido quizás demasiado fría, y no sabía lo que realmente pasaba por tu cabeza y sentías, porque a veces parees más fuerte de lo que realmente eres y no me doy cuenta, lo siento mucho, no te pido que pases por alto mi frialdad o no haberte demostrado el afecto que necesitabas en ese momento, pido que perdones mi incomprensión

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    1. A veces no hace falta decir nada, sólo estar ahí. No creo que seas una persona fría ni distante. A revés, eres muy emotiva, dulce y cariñosa. No siempre podemos alcanzar a entender lo que le pasa al otro. Mil gracias por tus palabras.

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  3. Pilar. No lo sabia ... Te hubiese dado un
    Abrazo enorme el domingo... Te lo mando ahora.

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