Acabo de terminar un libro que me ha dejado mi buena amiga. Nada, tres días. Empecé el sábado por la tarde y lo he terminado ahora. Me ha gustado mucho. Yo no lo hubiera comprado. Tal vez me hubiera llamado la atención por el título, pero al no conocer a la autora... Lo hubiera hecho si la hubiera visto en una entrevista y me hubiera "enamorado" como ha hecho Andrés Neuman y su "El viajero del siglo" (voy detrás de él, ya caerá).
En un principio no entendía muy bien a dónde me llevaba. Claro, no lo había comprado yo. Porque yo creo que los libros nos escogen. Se nos quedan mirando desde las estanterías, desde el escaparate, y un susurro vuela a nuestro oído.
Poco a poco he ido descubriéndolo. Ni sólo habla de una mujer y sus amantes, no sólo de gente que busca su equilibrio, es también la influencia en la vida de las personas que tenemos a nuestro alrededor: su madre muerta, su marido, su padre, sus amantes... Y descubrir al fin que somos tan frágiles como aquellos que aparentan fortaleza, todos y cada uno de nosotros. El animal más temido, también tiene miedo, también tiene su punto de equilibrio en su frágil aleta.
Pilar
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