miércoles, 11 de abril de 2012

ABANDONADOS

Parece que el abandono de gatos lo superamos cuando nos dimos cuenta que son más listos que las personas y son capaces de sobrevivir sin nosotros. El gato es más, me parece a mí que es más de estar fuera que dentro. Le gusta vivir a su aire, ser independiente y sólo lo sometemos cuando lo castramos.

Luego vino el abandono de perros. Desde hace décadas que se hacen campañas contra el abandono de estos animales que muchas veces son regalados como juguetes a los niños cuando son cachorros y luego, cuando se hacen grandes, cuando se cansan de ocuparse de su alimentación, aseo, paseo, veterinario, etc, es lanzado a la calle cual vulgar basura.

Los perros también pueden sobrevivir en la calle, pero tienen más probabilidad de morir al atravesar una calle o carretera que un gato, más de contraer enfermedades que un gato, más de perecer de hambre o sed que un gato. El perro, sin duda, es más de dentro que de fuera. Disfruta con sus amos, de la familia, de la cual se siente protector, es amistoso, cariñoso, fiel... Claro que es todo eso si sus dueños se lo permiten, porque si no, es sólo el perro guardián de un chalet al que se va de vez en cuando a echarle comida y agua, o vive en casa pero en la terraza, o en una jaula, o...

A pesar de las campañas, de los chips identificativos que muchos no les ponen, se sigue abandonando a los perros verano tras verano, en los períodos vacacionales, sin rubor y sin sentirse culpables por ello. Claro que también los hay que prefieren ahorcarlos de los olivos cuando ya no les sacan provecho -así se hacía en Andalucía y Extremadura con los galgos y no sé si en más comunidades-.

Del abandono de niños poco hay que decir. No sé como una mujer que pare es capaz de meter a su hijo en un contenedor. Puedo entender que no se sienta capaz de hacerse cargo, pero para eso está la adopción. Montones de parejas están deseando tener un hijo y no pueden. Si la mujer en cuestión se decidió por tener la criatura pero luego no se la quería quedar, hará a otra pareja muy feliz, seguro, pero el remedio no es tirarlo a la basura porque no es una basura. Para ella desde luego fue una equivocación, un gran error, pero eso se piensa antes de, no después de. No me sirve la excusa de que si lo dono en adopción tienen que constar mis datos y soy menor y mis padres no lo saben, soy extranjera ilegal, soy... Es una mala persona que antepone esas minucias al bien de una criatura que ella misma ha hecho llegar al mundo.

Estas navidades saltó a la primera plana de periódicos y telediarios el abandono de ancianos, en Andalucía y en Canarias principalmente. Éstos eran abandonados en urgencias y luego los familiares se desaparecían y no contestaban a las llamadas y cuando eran encontrados se justificaban diciendo que no se podían hacer cargo del mayor.

¡Pero qué me están contando!¡Cómo se puede decir eso! Una persona mayor es parte de tu familia, es tu padre, tu tío, tu abuelo y lo mismo en femenino. ¿Cómo que no te puedes hacer cargo de aquél que te ha parido, educado, ayudado en muchos momentos de tu vida?¿Qué? Tal vez si el abuelo en cuestión tuviera dinero le estarían bailando el agua hasta que la palmase y heredar. El concepto de familia no es que haya cambiado, es que ha desaparecido.

No me extraña pues que a la lista de abandonados se hayan sumado ahora los caballos, preciosos animales, nobles, alegres, de mirada única... Con la crisis, aquellos que se hicieron con un caballo para presumir subidos en él, para el niño, para la niña, para darse el postín, para yo que sé, ahora los dejan en el monte, sin pensar que son caballos que nunca fueron libres ni salvajes y por tanto, lo primero que hará un caballo será bajar del monte en busca de una casa, sitio donde vivía y era cuidado y alimentado. Baja del monte y se encuentra con mil obstáculos como coches, carreteras... o se queda en el monte y se muere de hambre o de enfermedad, o …

Y abandonados estamos siendo todos también a nuestra suerte, de estar hipotecados y morir en el intento de pagar quedándonos sin nada, de quedarnos sin trabajo, de ser despreciados por nuestros hijos ahora o en un futuro, de que el sistema si olvide de nosotros si no somos productivos...

Y en nuestro abandono, nuestro perro se quedaría a nuestro lado hasta el final y también nuestro caballo. Sólo el gato se iría de caza y nos vendría a ver de vez en cuando para que le acariciáramos el lomo.

2 comentarios:

  1. Lo de los gatos lo dice la gente para consolarse a sí misma, pero no es cierto. Un gato en la calle tiene una media de vida de un año, y si primero fue casero, lo pasa tan mal como un perro. Sobre todo si está desungulado, práctica que se debería de prohibir al igual que se hizo con los cortes de orejas y rabos "estéticos" en los perros.

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    1. No te digo que no a lo de los gatos, es decir, creo que está tan mal abandonarlos como a cualquier otro animal o persona. Sólo opino, y para ello he consultado a amigos veterinarios, que tienen más posibilidades de sobrevivir con éxito. Lo que está mal es el hecho del abandono y nadie debería hacerlo, al igual que el desunglado, los recortes, etc. Me parece un horror.
      Gracias por dejar tu comentario.

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